Ya habéis sabido nuestra partida [...]. Mas yo pienso que nuestro regreso ha sido querido por Dios para que las cosas que hay en el mundo puedan ser conocidas.

Deo gracias. Amen.

Del final del libro: Marco Polo. Libro de las Maravillas.


El que está acostumbrado a viajar, sabe que siempre es necesario partir algún día.
Paulo Coelho

lunes, 22 de julio de 2013

CON BUEN TIEMPO POR COPENHAGUE



Hemos disfrutado de unos días magníficos en cuanto a tiempo atmosférico en Copenhegue: sol abundante y temperaturas agradables, probablemente muy elevadas para los daneses –las máximas han sido 27-28 grados-, aunque se les veía disfrutar tomando el sol en casi cualquier lugar-, pero una delicia para nosotros; anocheciendo casi fresquito. 


Ayer domingo empezamos el día de museos: primero estuvimos viendo el cómodo y muy bonito museo de escultura de Thorvaldsen, un escultor danés neoclásico, con su propia colección de antigüedades y, después, el Museo Nacional, con una impresionante colección de piezas de la Prehistoria, entre las que destaca el carro del Sol, de la edad de Bronce.




Más tarde pillamos un tren que nos llevó a Élsinor -Hélsinor para los daneses-, a tiro de piedra de las costas suecas. En las afueras de esta población, justamente frente a las costas suecas, se sitúa el castillo de Kromborg, castillo donde, según la tradición danesa, transcurrió la verdadera historia del príncipe Hamlet que, más tarde, conocería y convertiría en famosa obra de teatro un tal Shakespeare (que nunca estuvo por aquí y que, al parecer, no hizo otra cosa que copiar una historia antigua y narrada por un tal Saxo Grammaticus en su obra Gesta ¿¿??). (Espero que ningún inglés lea este blog, please).



De vuelta a Copenhague nos montamos en un barquillo para dar un paseo por los canales de la ciudad: os dejo una foto de dicho viaje en la que se demuestra que todos los adolescentes, sea cual sea su cultura  –también muchos adultos, que se le va a hacer –pubriños-, hacen siempre lo mismo: estar liados con el móvil y pendientes del wahsapp (la chica del centro no miró ni una sola vez algo que no fuera su móvil en una hora de trayecto, las otras un par de vistazos). Las otras fotos son de edificios -biblioteca nacional y edificio de la ópera- y canales de la ciudad).



Tras tomar unas cervezas en la animadísima calle de Nyhav -donde nos hemos integrado como los más consolidados copenhaguinos- y cenar nos fuimos al parque del Tívoli: es un parque de atracciones, en el centro mismo de la ciudad, al estilo de los parques antiguos, con atracciones realmente antiguas y divertidas y lleno de familias con niños: muy animado, antes de cerrar sesión de fuegos artificiales.




En algunos de los blogs anteriores, concretamente en el de Argentina, comenté que además de visitar lugares elevados nos gusta visitar, siempre que se pueda, algún cementerio –ya sé que es raro, pero los cementerios dan mucha información sobre la sociedad a la que “acogen”-: hemos empezado el día de hoy visitando el cementerio de Norrebro, en un barrio no muy alejado del centro, donde, casualmente están enterrados Christian Andersen –el famoso autor de cuentos infantiles- y Kierkegaard –uno de los padres del existencialismo-. El cementerio era realmente un enorme jardín botánico, con tumbas dispersas entre árboles y setos; creo que la idea de la muerte es muy diferente aquí respecto de la nuestra: en este cementerio, como en los alemanes u holandeses, la gente hace footing, pasea a los perro, monta en bici o hace un picnic… vamos que casi “da gusto morirse” en un sitio como este.




Tras dar un paseo por un mercado moderno y subir 400 escalones hasta lo alto de la torre de la iglesia del Salvador, hemos dado un paseo por Christiania: un lugar difícil de calificar: pasa por ser una “ciudad libre”, independiente de la organización habitual del país, donde conviven un montón de lo que antiguamente hubiéramos llamado hippies. Allí se puede comprar de forma legal una tableta de “chocolate” -tamaño tableta de chocolate- o adquirir marihuana cuando en el resto del país está completamente prohibido (en Christiania lo que está totalmente prohibido es tomar fotografías).



Más tarde hemos ido a la fábrica de Carlsberg, donde hemos degustado alguna que otra cervecilla y nos hemos ido al estupendo acuario de Copenhague, muy didáctico y lleno de familias con niños. Hemos acabado la tarde en la calle Nyhav, que nos ha gustado mucho por su animación, donde nos hemos tomado unas cervecillas y picado algo.



Ahora estamos en el hotel: por la mañana, muy tempranito, dejaremos Dinamarca; nuestro destino es Oslo, ya en Noruega, donde pasaremos ya el resto del tiempo de nuestro viaje, excepto el último día en que volveremos a Copenhague para tomar el vuelo hacia Madrid.


Hasta ahora el tiempo, como dije, está siendo estupendo y parece que será así hasta el sábado próximo, pero la siguiente semana están previstas algunas lluvias: justo los días que vamos a los fiordos. En fin, esperemos que no sea el diluvio universal.


Nada más por hoy; la siguiente entrada será para dar constancia de nuestra llegada a Oslo.

Besos.

1 comentario:

  1. Veo que lo estais pasando bien,por lo menos os vemos.besitos los de Huelva

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