Buenas:
Ya estamos en Copenhague; llegamos ayer, pero tuvimos problemas con la conexión de internet y no pude acceder al blog ni, por tanto, hacer una entrada. Hoy el problema ya parece solucionado. Pero ayer sí escribí una crónica con esperanza de insertarla que es la que leeréis a continuación y, después añadiré lo que hemos hecho hoy.
Viernes 19: nos levantamos pronto en
Madrid y, tras desayunar, nos fuimos a Barajas T2.
El viaje, salvo en un ligero retraso de salida, en el
horario correcto: hemos llegado a Copenhague a la hora prevista. Las aerolíneas
escandinavas (SAS), a pesar de viajar a la hora de la comida, no dan nada
gratis –sólo té o café-: algún sándwich o poca cosa más que había en el menú
había que pagarlo.
Cerca del aterrizaje, Dinamarca se ve como un país
tremendamente llano, eso sí, más verde que nuestra Meseta por estas fechas: a
lo lejos hemos podido ver Suecia, precedida de un parque eólico en el mar.
El hotel no estaba muy lejos de la Estación Central
–en la que nos ha dejado un cómodo tren desde el aeropuerto-: es muy moderno y
“tremendamente asceta”; es decir, que tiene literalmente lo imprescindible: eso
sí a un precio 3 veces superior al cómodo 4 estrellas que hemos tenido en
Madrid a tiro de piedra del Retiro. Es minimalista en todos los posibles sentidos de la palabra: en el tipo de decoración y en el tamaño. Os dejo una foto para que lo apreciéis.
Afortunadamente nos hemos comprado unos antifaces para dormir, ya que sólo
tiene una leve cortina y amanece temprano.
Después -tras ir a turismo en busca de la información
y cartografía pertinente- hemos hecho un primer contacto con la ciudad: desde
el Tívoli, justo al lado de la Estación Central, pasando por la animada plaza
del Ayuntamiento, la igualmente animada calle Ostergade (algo así como el
Pintores de Copenhague, pero bastante más largo), hasta la bonita calle de
Nyhavn, con su puerto y sus casitas de colores. En medio nos ha dado tiempo a
fotografiarnos con Christian Andersen y a probar la cerveza danesa. Tras cenar
hemos venido al hotel a descansar, que ha sido un día ajetreado y cansado.
Mañana más.
Hoy, sábado hemos hecho una larga jornada para patear la ciudad: nos hemos ido marcando un recorrido por el centro y hemos subido a torres altas (nosotros siempre buscamos un lugar elevado para hacernos una idea general de la ciudad y del espacio que abarca), hemos visitado jardines botánicos, hemos visto palacios de reyes daneses, museos de bellas artes, -hemos hecho algún descasito en algún parque muy animado con mucha gente haciendo actividades variadas-, hemos entrado en iglesias y sinagogas y, ya por la tarde hemos llegado hasta la zona portuaria y hemos visitado el kastellet y, como no, hemos visto al emblema de la ciudad: la famosa ¡¡SIRENITA!! -bueno, emblemina, que es muy pequeña-.
Bien, como veis, este año he puesto fotos de personas desde el principio, para que no haya quejas (pero no os acostumbréis, que yo prefiero poner paisajes).
Ahora, nos vamos a cenar algo y, cuando anochezca nos acercaremos al famoso parque Tívoli, que está muy cerca de nuestro hotel y que, aseguran, está muy animado por las noches.
Otro día más.
Besos para todas y todos.
Ahora, nos vamos a cenar algo y, cuando anochezca nos acercaremos al famoso parque Tívoli, que está muy cerca de nuestro hotel y que, aseguran, está muy animado por las noches.
Otro día más.
Besos para todas y todos.
Qué bonito todo!!! (Y qué chasco con la Sirenita, sabía que era pequeña pero .. ¿tanto?!!!)
ResponderEliminarDí que sí, que se os vea bien, que sino podemos pensar que nos tangáis, jeje. Por cierto, si encontráis algún kiosco... ya sabéis, jeje
Besos onubenses