Ya habéis sabido nuestra partida [...]. Mas yo pienso que nuestro regreso ha sido querido por Dios para que las cosas que hay en el mundo puedan ser conocidas.

Deo gracias. Amen.

Del final del libro: Marco Polo. Libro de las Maravillas.


El que está acostumbrado a viajar, sabe que siempre es necesario partir algún día.
Paulo Coelho

viernes, 26 de julio de 2013

ESTAMOS EN STAVANGER



Buenas noches:

Ya estamos en Stavanger. (os dejo un mapa para que lo situéis).




Ayer jueves fue nuestro último día en la ciudad tranquila, Oslo. Nosotros hemos permanecido tres días en Oslo, pero es una ciudad que puede abarcarse perfectamente en sólo un par de días, seleccionando un poco las  visitas y los museos. 


Ayer queríamos terminar de ver la exposición de Munch que, como dije estaba dividida entre dos museos. De Munch suele conocerse su obra El Grito y poco más, pero, la verdad, es que es un pintor estupendo y sorprendente, con una obra extensísima (pintó hasta los 80 años) y en el que se puede observar una  evolución de su pintura y de la de su tiempo (fines del s.XIX y primera mitad del s.XX) de forma muy esclarecedora.


De camino hacia la estación que nos llevaría a ver el trampolín de salto de esquí construido hace pocos años y que está en las afueras de Oslo, nos caía de camino el cementerio en el que están enterrados el propio Munch y el escritor Ibsen y, cómo no, hicimos una paradita para visitarlo. Por la fotografía veréis que, sin ser el jardín botánico del de Copenhague, este cementerio de Oslo es también un lugar tranquilo y agradable, muy cuidado y, casi en el centro de la ciudad. 



Por cierto, habéis visto que me he referido a Oslo como la ciudad tranquila: os dejo un par de fotografías de calles del centro a hora de media mañana para que comprobéis el tráfico (muy escaso, sin ruidos, sin prisa…).



Subimos hasta el trampolín de saltos de esquí, el Holmenkollen, competición a la que son muy aficionados los noruegos. Se sube en un ascensor hasta la torre, que permite ver una vista de todo Oslo y de su fiordo. Se podía uno tirar en tirolina siguiendo el recorrido de los saltadores de esquí, pero no nos apeteció mucho el reto y lo dejamos para otro día.




Para completar el día nos fuimos hasta el parque de Vigeland, un escultor noruego que decoró un parque con infinidad de sus esculturas. Una de las más famosas, no sé muy bien la causa, es un niño enrabietado junto al que todo el mundo se hace fotografías: nosotros también y dejamos constancia de ello.



Al final, para despedirnos de la ciudad, nos fuimos a dar un paseo y tomar una cerveza en una terracita del animado puerto marítimo de Oslo.



Como decía al principio ya estamos en Stavanger: hemos venido en tren. Lo tomamos esta mañana en Oslo y, tras unos 450 kilometros y siete horas y media, llegamos a la ciudad. El viaje no se nos ha hecho pesado: el paisaje era bastante bonito: lagos, bosques, praderas, granjas, más bosques, más lagos,…(fotos desde el tren).



Esta tarde la hemos dedicado a visitar Stavanger: una ciudad de unos 150000 habitantes, que creció en los años 60 tras encontrar importantes yacimientos de petróleo en el Mar del Norte. Hay mucha gente haciendo turismo, además había una fiesta gastronómica en el puerto, que estaba muy animado. 


Hemos paseado por la parte más antigua de la ciudad, con unas calles de casas blancas de maderas muy bonitas –son lo más antiguo de la ciudad, unos 200 años: casi todas estas ciudades han sufrido un  montón de incendios a lo largo de su historia que casi las han destruido- y alguna calle decorada por artistas con casas de colores.

 
Bueno os dejo que quiero descansar: mañana toca una de las actividades más interesantes del viaje: la subida a El Púlpito –el Perestroiken; en realidad es Preikestolen o similar, pero yo me he acostumbrado a llamarle el Perestroiken- un pedruscón en lo alto del fiordo al que hay que subir haciendo treeking; afortunadamente, aunque las previsiones iniciales daban algo de lluvia, parece que no nos lloverá… esperemos.

 -la foto no es mía... todavía-


Besos para todos y para todas.

2 comentarios:

  1. Por el Holmenkollen me tiré yo en pleno enero, fue una experiencia indescriptible, lo peor es que me rompí un brazo...espera, que me estoy confundiendo, del Holmenkollen me echó un guardia de seguridad porque aún no estaba terminado, y lo del brazo, ahora que recuerdo, fue en la Covatilla. Bueno, qué más da. Un abrazo, seguid disfrutando ¡

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  2. Esta vez os estamos viendo más,pero el caminar sigue siendo lo mas normal,menos mal que luego quedan mas vacaciones. besitos para los dos los de Huelva

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