Ya habéis sabido nuestra partida [...]. Mas yo pienso que nuestro regreso ha sido querido por Dios para que las cosas que hay en el mundo puedan ser conocidas.

Deo gracias. Amen.

Del final del libro: Marco Polo. Libro de las Maravillas.


El que está acostumbrado a viajar, sabe que siempre es necesario partir algún día.
Paulo Coelho

miércoles, 24 de julio de 2013

OSLO, LA CIUDAD TRANQUILA



Llevamos un par de días en Oslo, la tranquila. Es una ciudad verdaderamente reposada y muy tranquila para vivir: apenas hay tráfico, la gente va por la calle sin agobios y sin prisas; parece que el tiempo se midiera de otra forma.


Se trata de una ciudad de poco más de 600.000 habitantes, sin grandes monumentos, pero con una cantidad grande de museos y que está en un proceso de modernización reciente por lo que están surgiendo zonas/barrios de arquitectura muy vanguardista realizada por arquitectos famosos. Nos la hemos pateado a lo largo de estos dos días y todavía nos queda mañana jueves de estancia en Oslo; el viernes viajaremos hacia Stavanger.


Como es el 150 aniversario del nacimiento del pintor Munch, tienen organizada una macroexposición sobre su obra de la que hemos visto la mitad (mañana veremos la otra mitad, ya que está repartida entre dos museos): por supuesto estaba el famosísimo cuadro del El Grito, además de muchos otros conocidos y desconocidos (realmente interesante ver la evolución de la obra pictórica del Munch –como es lógico, nada de hacer fotografías en la exposición-). También hemos ido a ver un museo con varios barcos vikingos que, en realidad, fueron tumbas flotantes de importantes vikingos, encontradas en el fiordo de Oslo con todo el ajuar de enterramiento. Hemos visto en barco con el que navegó Admunsen en uno de sus viajes, el Flam, en otro museo dedicado a ello y hemos visitado un museo al aire libre, bastante grande, sobre los tipos de arquitectura tradicional, costumbres y etnografía de toda Noruega: de las cosas más interesantes una iglesia original de las antiguas noruegas de madera que se puede apreciar en una de las  fotografías.




Ya decía que varias zonas de la ciudad, todas próximas al mar, se están remodelando por completo: nuevas urbanizaciones de edificios con más museos, viviendas, zonas comerciales, etc. están surgiendo próximas al centro. Sin duda el edificio más espectacular es el nuevo edificio de la ópera, inaugurado hace un par de años, todo en mármol blanco y cristal ya que dicen que simula a un gran iceberg: se puede subir y bajar a su alrededor a través de suaves rampas que permiten una estupenda vista de la zona.





Y, además, hemos visitado sitios clásicos de Oslo: un paseíto con picnic en los entornos del Palacio Real de Noruega (príncipes: Haakon y Met-mari, o algo así), a pesar de las obras de remodelación de su entorno y, como no, otra visita al ayuntamiento de Oslo: un bloque de ladrillo de hace 50-60 años pero que es mundialmente famoso porque en su hall de entrada –enorme y muy decorado- se entrega cada 10 de diciembre el Premio Nobel de la Paz.




Mañana seguiremos pateando Oslo: nos queda la 2ª parte de la exposición de Munch, el parque de Vigeland (un escultor noruego) y el nuevo y muy elevado Holmenkollen, es decir, el trampolín de saltos de esquí, en una colina cercana.


Ya lo contaremos otro día; por hoy ya está bien que hay que irse a descansar.


¡Ah!, se me olvidaba, esta tarde hemos hecho un descubrimiento: no se puede beber cerveza en la calle salvo que sea en un bar. Como aquí la vida es carissssima, habíamos comprado un par de cervezas en un supermercado (los únicos lugares donde pueden comprarse) y estábamos sentados en un parque bebiéndonoslas cuando ha llegado un trío de policías urbanos (los primeros policías que hemos visto en dos días) y nos han indicado que está prohibido hacerlo en la calle y hemos debido tirarlas a una papelera. En fin, algo malo debía tener este país tan idílico.


Besos.

5 comentarios:

  1. Qué fuerte!!! Os han pillado haciendo botellón!!!

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  2. Petición de foto:
    los dos junto al niño que llora en el parque Vigeland. A ver si lo encontráis.

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  3. Anda que si tenemos que iros a sacar del trullo por beber ji ji no seais tacaños e ir al bar hombre....bss

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  4. Vamos a ver: un poquito de orden, por favor. En Dinamarca, todo el mundo bebía por la calle, por los parques, por los puertos, etc. y muchísimo. Nosotros, por la cercanía, pensamos que en Noruega se funcionaba de la misma manera. De tal forma que, después de estar un rato largo sentaditos en una terraza, tan ricamente, y saboreando unas cervezas, vimos un parquecito muy mono y, al pasar por un supermercado, entramos a compras 1 cerveza para cada uno (repito UNA cerveza para cada uno: ¿una cerveza hace botellón?) con intención de tomárnosla en el parquecito y, creíamos, confraternizar, como con los daneses, con los noruegos. Resultó que los noruegos son tan hipócritas como los norteamericanos –donde tampoco se puede beber en parques o calles-:¿o es que ellos no tienen defectos como sociedad?. ¿Aclarado?. Bss.

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  5. Por cierto, Elia, ayer estuvimos en el parque de Vigeland y, casualmente, nos hicimos una foto juntos con el enrabietado (creo que es la segunda foto junto que nos hemos hecho). Tenía intención de subirla, y lo haré, al blog. Bs.

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